jueves, 13 de mayo de 2010

Bitácora de la Historia de Barrio Acindar





Equipo de entrevistadores

¿Cómo re-construimos la historia de un barrio, joven por su temporalidad en relación a otros, y con escasos documentos?


Está pregunta casi se respondió sola luego de la primer visita al barrio del equipo de investigación y la charla con el presidente de la vecinal. Deberíamos recurrir al testimonio de los actores, muchos aún residentes del barrio, o con posibilidades de localizarlos. Este primer encuentro con el terreno nos develó la importancia crucial que tendrían las entrevistas para el trabajo.

Para sistematizas y analizar todo el material creamos el “Anecdotario y registro de investigación”. Un archivo dividido en dos grandes secciones: los archivos fotográficos y documentales y los registros orales. Este anecdotario se constituyó en el eje vertebrador de todas las etapas del trabajo.
El registro fotográfico

Se constituyó con imágenes histórico-familiares facilitadas por vecinos y vecinas, a las que se suman otras imágenes, que fueron llegando a nuestras manos en su inmensa mayoría por otros entrevistados relacionados con el período indagado. Otras fueron halladas por el equipo de investigación en diversos archivos. A esto debe sumarse algunos planos históricos ofrecidos por un arquitecto, quien hace algunos años había realizado una profunda investigación sobre el emplazamiento del barrio, y un investigador de la ciudad.

También está el registro de imágenes tomadas por el equipo de investigación y por Guillermo Turin, fotógrafo de la Secretaría de Cultura y Educación, Patricia Rufer y Carolina Morelli, quienes colaboraron con el proyecto.

El registro documental

En este caso las vías de consulta fueron desde material bibliográfico diverso hasta los archivos del Museo de la Ciudad, la Hemeroteca, del Concejo Municipal, de la Dirección de Catastro, de la Asociación Buses Rosarinos, al Archivo del diario La Capital y de las diversas instituciones del barrio.

El registro oral

Se trabajó en dos etapas. En la primera se realizaron entrevistas abiertas con preguntas que auspiciarán de disparadores de la memoria y recuerdos. Se acudió a la construcción de un relato por parte de los entrevistados que pusiera el hincapié sólo en algunos ejes temporales necesarios para nosotros, pero donde el formato “anécdota” fluyera libremente.

En la segunda instancia de este registro, una vez analizado el material anterios, se pasó a una metodología más sistemática, donde las entrevistas semi-dirigidas fueron las predominates.

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