jueves, 18 de julio de 2013

Extracto de entrevista a María Inés Barrios. Vecina de Mangrullito.

Fecha y lugar de realización de la entrevista: Lunes 2 de julio de 2011. Casa de la entrevistada.


Entrevistada: María Inés Barrios

Entrevistadoras: Fernanda Quiroga y Carla Millán



Referencias:
I: María Inés Barrios
H: Hijo de María Inés
E: Entrevistadoras

Sinopsis:

María Inés pertenece al grupo de vecinos que llegó a la zona conocida como Mangrullito o Nuestra Señora del Rosario trasladados desde el Bajo Saladillo. Ella y su familia, según comenta, son una de las pocas que lograron adaptarse al cambio y que permanecen en el lugar hasta el día de hoy.
Salteña de nacimiento, la entrevistada llegó a la ciudad de Rosario luego de que una serie de complicaciones la llevaran a abandonar su hogar en la provincia de Buenos Aires. En esta ciudad logró asentarse en Mangrullo, gracias al apoyo y la solidaridad de los vecinos de la zona.
Hoy comparte su vivienda en "Mangrullito" con sus hijos y nietos, y se desempeña como enfermera en el Hogar Español, a pocas cuadras de su casa. Sus palabras denotan un sentimiento muy fuerte por su barrio actual: "De no haber tenido nunca nada, de haber venido con mis hijos sin nada, para mí es una bendición".

I: Bueno, yo soy María Inés Barrios, tengo cincuenta años ¿Qué más puedo decir?
E: A qué te dedicas, si querés.
I: Soy enfermera en el Hogar Español ¿Así pongo, o no? (Ríe)
E: Sí, sí, está bien ¿Y a dónde naciste?
I: Ah, nací en Salta. Güemes, provincia de Salta, en 1962.



E: Bueno, ¿vos cuándo llegaste a este barrio?
I: Yo llegué, espera (piensa unos segundos), en el 2000, cuando fueron los saqueos. Un año antes de los saqueos, que fueron en el 2002 los saqueos. En el 2001. Sí, 2001. (...) 

Yo estaba en Mangrullo.(...) Nos vinieron a censar y después como a los dos meses ya nos dijeron. Nos dieron una semana (duda). Sí, una semana. Una semana anterior nos dijeron que nos iban a traer para acá, que teníamos que desocupar ahí. Porque vino la inundación.

Yo trabajaba en el Café de la Ciudad, que ahora ya cerró, de noche, dos veces a la semana. Y cuando vine me acosté, porque salía a las siete. Vine y me acosté y sentí así, un ruido raro, viste. Y cuando me levanté ya estaba el agua en mi casa. Entonces le dije a los chicos que se queden, que se queden en la cama todos, porque eran chiquitos todos. Después vinieron las bombas para extraer el agua, pero no. Ya el pozo del baño, viste, estaba, ya no se podía. Estaba el baño, estaba todo arriba. Y ya las casitas que estaban cerca del río estaban hasta arriba del techo.Y ellos son los primeros que habían sacado, porque estaban cerca del río. 

Y bueno, después nos dieron una semana. (...) Vinieron gendarmes y nos cargaron. Mucho no podíamos cargar porque, viste, eran camiones y teníamos que venirnos todos. Entonces muchas cosas quedaron, las dejaron ahí en los ranchitos porque no se podían cargar. Yo cargué los muebles, las camas, todas esas cosas pero muchas otras cosas quedaron ahí. Y las chapas, esas cosas. Lo demás quedó todo ahí.

Y bueno, nos trajeron acá. Cuando nos trajeron no teníamos luz ni agua. Y cuando entraban acá los chicos decían "Ay mami, mirá, el baño es adentro" (risas) Porque allá no teníamos. "¡Mirá mami, el baño está adentro!" me decían (ríe).




E: ¿Ustedes sabían que iban a venir acá? ¿Cómo fue eso? Porque algunos vecinos nos decían que ya les habían avisado que los iban a traer a esta zona. Es más, vinieron a conocer.

I: Claro, sí, sí. Por eso. Nos dijeron que íbamos a venir para acá. Sí, sí, nos dijeron y nosotros vinimos a ver las casitas. O sea, una semana antes que nos vengamos nos dijeron que ya nos íbamos a venir. Nos habían dicho como dos meses antes, me parece, porque las fechas no me las acuerdo mucho. Pero sí, como dos meses antes nos dijeron que íbamos a venir. Y algunos no estaban de acuerdo de venirse, porque tenían los animales, los caballos, los chanchos, todas esas cosas, entonces no querían venirse.

(...)
Yo creo que es cuestión de adaptación, porque al principio es como que todos nos íbamos de nuevo para allá. Todos nos íbamos de nuevo, teníamos nuestras cosas, nuestros trabajos o nuestras amistades o nuestra forma de vida para allá. Y después no, uno ya se empezó a adaptar acá.
Porque es distinto a la vida que nosotros teníamos allá. Es distinto. Allá vivíamos en el medio del barro, con la humedad. O sea, tal vez de parte de comida no nos faltaba tanta comida como acá a veces que, si vos acá no trabajas no tenés. Allá cirujeaban o- O sea, no sé ahora cómo será la villa, pero en ese tiempo que yo estaba allá éramos muy solidarios entre todos. O le comprabas al que cirujeaba o te lo daba.
(...)
Y bueno, cuando vinimos acá, eso te estaba contando, no teníamos luz ni agua. Y entonces vinieron los de las Malvinas ¿cómo se llama esa gente que-?
E: ¿Los ex combatientes?
I: Claro, ellos. Ellos nos cocinaron, como una semana me parece que estuvieron . Nos daban el agua y nos cocinaban, porque acá no teníamos nada. Nos cocinaban y nos daban la comida a la mañana y a la noche.
Era todo calle de tierra acá, no había pavimento, nada. Y bueno, después nos pusieron el agua, la luz, todas esas cosas. Y bueno, después ya nos fuimos adaptando. De a poco nos fuimos adaptando. Pero mucha gente vendió, por eso mismo, viste que tenían caballo y no los dejaban tener los caballos y esas cosas. Así que la gente se fue yendo.

E: ¿Sabés cómo fue la distribución de las casas?
I: Bueno, suponete, acá vos pedías estar cerca de alguien. Yo por ejemplo pedí estar cerca de mi amiga, que ahora ya vendió y ya no está más. Pero yo pedí estar al lado de ella porque allá yo estaba al lado de ella. Entonces nosotros pedíamos con quién queríamos estar, en dónde queríamos estar, porque no hubo esa cosa de separarte. Si vos querías estar con tu familia al lado, el otro, el otro. Porque había cuadras que eran de toda una familia.
E. Claro.
I: Por ejemplo, acá en esta cuadra de los que quedan son dos y tres nada más, y yo. Somos cuatro. Pero ellos están juntos y en diagonal está la otra familia. O sea, vos pedías con quién querías estar, no es que ellos te asignaban así nomás. No. Es como que hubo un planea- no sé cómo le dicen, pero se planificó todo eso. Y la gente que no quería se quedó. Uno o dos creo que se quedaron allá.
E: Que no se quisieron venir para acá.
I: Que no se quisieron venir.

E: Después, a mí me queda una duda, porque vos me decís que dos meses antes ya les habían avisado que los iban trasladar, ¿no?
I: Claro.
E: ¿Era porque venía creciendo el río? Vos me decís que había algunas casas que anteriormente ya las había alcanzado el agua. (...) Te lo pregunto porque hay algunos que vecinos dicen que los traen por el agua y otros por el tema de los filipinos que querían los terrenos.
I: Claro.
E: Entonces no sé cuál es la versión que manej- Vos me decías que habían rumores.
I: Claro, de que- Por eso te digo, también puede ser eso, porque nosotros nos vinimos en el mes de mayo y ya para el verano estaban haciendo los censos. Yo me acuerdo que hacía calor y que mi hijo me dijo "Mirá mami, vinieron a censarme y nos pidieron los nombres y todas esas cosas". Claro, y todavía no era la inundación. Pero viste, se dio todo eso y después vino- Sí, tal vez pudo ser eso. Porque la verdad que no sé cómo, eso no lo manejabamos nosotros.
(...)
I: Claro, que decían que los filipinos porque necesitaban para la- Porque viste que hicieron la arenera ahora. Porque ahora está todo plano esa parte donde estábamos nosotros. Para Mangrullo hay gente, pero para el lado de nosotros ya no hay más nada. Nosotros al mes, a los dos meses fuimos de nuevo y ya estaba todo arena, todo con los camiones, con todo. Ellos ya habían sacado- cuando nosotros terminamos de salir, que eran trescientas familias, ya empezaron a sacar, no sé si viste vos por la tele que ya empezaron con las máquinas a romper todo, para que no vaya más nadie. Así que después que nosotros nos fuimos, hicieron todo. Porque yo creo que sacan la arena, no sé qué sacan de ahí. Así que hicieron todo plano ahí. Vos vas para ahí y es todo plano, ya no. Ni árboles, ni nada, solamente la parte de los costados y donde ellos pasan, así. Todo, tumbaron todo. Así que no sé. La verdad que de esas cuestiones legales no, yo te digo lo que nosotros pasamos, lo que- cómo fue que nos sacaron de ahí. No sé.

E: O sea que los motivos son versiones, ustedes tampoco tenían claro cuál-

I: Claro. No, a nosotros nunca nos dijeron. Porque viste que las que, el de las casas es el padre Santidrián. ¿eso sabías vos?
E: Sí, algo sí.
(...)

E: Ustedes particularmente  vos y tu familia ¿cómo tomaron el traslado? ¿Ustedes se querían venir, les gustaba la idea?
I: Lo que pasa que allá nosotros vivíamos en pobreza extrema, nada que ver con esto. No vas a comparar. Allá se pasa frío, cuando llueve te mojás. Aparte, vivir en el barro, en el medio de las ratas. Notros vivíamos en el medio de las ratas. Te imaginás que ahí está, mi casa, así había cada ratón. Y te imaginás que no es lo mismo estar, por lo menos para mí, no sé para la otra gente que está acostumbrada. Después se fueron acostumbrando y creo que todos lo tomaron bien después. Pero estar en un lugar que estábamos nosotros a estar acá es otra cosa. Allá para, suponte, para salir arriba, que nosotros le decíamos arriba - nosotros estábamos como en un pozo, viste como es ahí - teníamos que hacer, hacíamos como una escalerita, y nos poníamos botas cuando llovía. Aparte los chicos con allá con la humedad, los vientos, la lluvia. Qué sé yo, es otra clase de vida.

Es decir, yo creo que, como te dije antes, que la gente que cirujeaba se mantenía mejor. Pero viste que ellos están acostumbrados a vivir así. Hay gente que ya, la sacas de las plantas, de los chanchos, de los pollos y- Pero esas son las menos, las demás lo aceptaron bien, me parece a mí. Yo por lo menos, te imaginás, contenta de tener una casa, al margen de que es otro estilo, otra clase de vida. Pero yo por lo menos lo tomé bien, no sé los demás. Yo creo que todos, creo que a todos nos cambio un poco la vida vivir así, mejor. Y yo creo que mucha gente, viste, ya empezó a buscar trabajo. No te digo que, que tal vez te modifica, no te cambia pero te modifica un poco la vida. Yo me acuerdo que salía a buscar trabajo con los pies llenos de barro, y que vos te presentés así, o que te presentés bien como salís de acá creo que es otra cosa. Aparte la piel, el pelo, todo es otra cosa. Viste, vos cuando vivís ahí es otra cosa, te arruinas más, vivir en esas condiciones. Porque vivís en condiciones que no son buenas. Te acostumbrás porque no tenés otra cosa, pero no es bueno vivir así ¿entendés?

Qué sé yo, no sé. A mí, para mí fue mejor, y para mis hijos, estar en algo seguro, cerrado. Aunque cuando yo estaba con esa gente era gente muy buena. O sea, muy pobre podés- porque viste que ahora la sociedad te, es como que te discrimina mucho, pero tienen un potencial humano bastante, creo yo que más que la gente que tiene plata. Creo yo, no sé. Hay malos y buenos, pero en cuestiones así, humanas, me parece que son más humanos que- Por la misma necesidad, te hace así, te hace ser solidario.
Pero bueno, no sé qué más te puedo decir.

E: ¿Y las instituciones? ¿Qué pasó, ponele, con la escuela de los chicos?
I: Bueno, cuando nosotros vinimos no había escuela, entonces hicieron en las casitas que todavía no estaban ocupadas, que son de la otra cuadra, que sería Castellano, -Castellano ¿no?- hicieron una escuela así, que era, vinieron las maestras de la escuela donde ellos iban, allá en Alice. Hicieron así, ¿cómo es que se dice? Precarias. Hicieron- Iban a la mañana creo que los turnos de chicos y a la tarde los de los grandes, los de los más grandes, de grado. Entonces hicieron la escuela precaria. Eso sí, rápido hicieron todo eso. Y de la salita fuimos al Gaucho. Ahí sí, ahí sí nos atendieron muy bien, en El Gaucho sí, siempre. Y ahora que está el Barrio Plata allá (refiere al Centro de Salud Ariel Morandi), casi todos nos quedamos acá nosotros, casi todos nos quedamos en El Gaucho. Sí, porque ahí sí.
(...)



E: Sí. Y bueno, acá empezaron con las escuelas en estas casas ¿y cuándo se hace lo que es la Domínguez?
I: Y, a un año más o menos ¿no? (le pregunta a su hijo)
H: A mitad de año, más o menos.
I: Claro, terminamos a la mitad del año. No, pero terminaron el año acá ¿o no? Claro, terminaron el año ese que quedaba, porque vinimos en mayo nosotros. Entonces terminaron ese año, sí, y al otro año hicieron esta que, viste que la pusieron, no es de material esa.
E: Claro.
I: Está hecha así, rápido. Y sí, como al año. Sí, sí. Después al otro año ya fueron los chicos allá, porque ya tenían que ir a- él tenía que ir a primero porque acá fue al jardín. Y al otro año, al primero, ya fue ahí. Y el otro fue al jardín ahí. Así que ya al año estaba hecha ya, ya estaba la escuela. Yo creo que si las libretas, todas esas, todas esas cosas-
(...)

E: Bueno, vos me decís que muchos se fueron, se volvieron al bajo.
I: Claro.
E: ¿Cuándo empezó a suceder eso?
I: Y no, hay gente que a los dos, tres meses ya se querían ir, se querían ir, se querían ir. Más la gente que tenía, que tenían animales, y la gente más grande. La gente grande, casi la mayoría de la gente grande vendió. La gente que de hace muchos años que ya vivían allá. Pero no se volvieron allá, porque ellos no los dejaron volver allá. Algunos ahora les dieron permiso hace dos o tres años recién para que pongan un rancho, pero no se permiten hacer más casas ahí, ya no se pueden hacer más. Entonces se fueron a otros, algunos se fueron a Gálvez a donde encontraron o otra villa o vendieron y compraron viste, algo que tenga tierra para seguir criando los animales. Porque mucha gente no se adaptó, mucha, mucha. Yo creo que muy pocos quedamos de los que éramos. Mucha gente se fue y mucha gente las regaló a las casas, porque las regaló. Y viste que siempre te venían todos los días a pedir "¿La querés vender?", "¿La querés vender?", "¿La querés vender?". Y hay gente que, viste que, por ejemplo los pescadores de allá, es gente que siempre vive alcoholizada, y la vendió por nada a la casa. Sí, más vale que yo no las- que yo te decía que hacían fuego adentro, no las cuidaban, pero vos le das una pintada a todo y tenías casa nueva. Por miserias la vendieron. Y bueno, pero no querían quedarse o no estaban bien asesorados o los demás se aprovecharon de ellos, de lo que ellos no sabían. Que el encontrarte toda la vida viviendo en un rancho y de repente tener algo así es como que te querés volver de nuevo. Bueno.

E: ¿Y vos cómo describirías ahora el perfil del vecino del barrio? O sea, a qué se dedican, hay ocupación, hay desocupación, a qué se dedican generalmente.
I: Y, viste, la mayoría vive de los planes. Porque vos viste que abunda esa cosa de los planes que te dan, que al final no te sirven de nada y, o sea, esa cosa que te dan como una limosna que no sirve para nada. Y algunos trabajan. Muchos trabajan. Muchos, muchos trabajan. En el barrio muchos trabajan. Porque yo me voy a la mañana y los veo que trabajan. Muchos trabajan. Muchos estudian también, muchos chicos estudian. Por eso te digo que hay pocos que se juntan, por ejemplo, en la otra esquina, y que se drogan y todo eso.
(...)

E: ¿Podés contarme, así, como tres recuerdos, por decir algún número,que te hayan quedado de este barrio desde que llegaron hasta este momento? Buenos, malos.
I: ¿Cómo qué? ¿Qué puedo decir? Porque tengo tantos.
E: Cualquier cosa, lo que se te ocurra, pero como para decir algo que te haya sucedido, que para vos fue, que te haya marcado. Recuerdos, no sé. Alguna anécdota. Lo que se te ocurra.


I: (...) La verdad que en este momento, hay tantas cosas que-. Lo único que para mí, lo que yo siempre rescato de este barrio mío que lo adoro es la solidaridad que hay entre nosotros. O sea, vos por ejemplo te pasa algo, por lo menos para mí, yo lo he observado, yo que soy enfermera, que bueno, ayudo cuando puedo y en lo que yo puedo los ayudo y ellos me ayudan a mí también, es lo solidario que son. O sea, te pasa algo y uno consigue un auto y el otro te lleva. En el momento. En el momento. No hay esa cosa que te van a abandonar. O sea, eso es lo que yo rescato de mi barrio.
Y también lo que me encanta es la alegría que tiene. Suponte, vos ponés música, los chicos juegan en la vereda. No sé, yo lo adoro. No sé si será tan así para los demás, pero para mí es. Y yo me siento segura acá, más que en cualquier lado ¿entendés? Yo me siento muy segura. Me bajo a la hora que sea del colectivo. Vengo con mi bicicleta de noche y me siento muy segura. No sé si será mi percepción o será que realmente es así. Si yo soy de acá no me pasa nada a mí.
Para mí es lo solidario, porque tenés un accidente o algo pasa y ellos están ahí. (...) No importa si te hablás, no te hablás. No sé, son solidarios todos, hasta el más pobre. O en los almacenes, vos vas y le pedís fiado y no tienen problema. No sé, no sé qué más decirte, pero yo-

E: ¿Qué significa para vos este barrio?
I: Y, para mí es, yo de no haber tenido nunca nada, de haber venido con mis hijos sin nada, para mí es una bendición, una gran cosa. Es mi casa y es mi lugar y-, no sé, es todo, para mí es todo. No lo cambiaría, ni la vendería, ni, a pesar de que, la gente que vive. Yo lo adoro a mi barrio, me siento segura. Para mí es, crié a mis hijos acá y cada día aprendo de ellos más. No sé, no sé qué decirte porque me dio todo a mí. No sé cómo llegué hasta acá, no sé por qué yo llegué allá primero (refiere a Mangrullo) y después acá. No sé si es obra de dios, si alguno cree o no cree, pero viste, para mí es todo, para mí significa. Y lo respeto, lo valoro, qué sé yo. Tendrá sus cosas como todo barrio pero para mí es-. Yo no sé, me siento bien y para mí es todo. No sé cómo decirte, qué otro adjetivo.
(...)

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