martes, 30 de julio de 2013

Extracto de entrevista a Paulino Nuñez. Vecino histórico Barrio Plata



Fecha y lugar de realización de la entrevista: 5 de agosto 2010. Casa del entrevistado.




Entrevistado: Paulino Nuñez
Entrevistadores: Pamela Gerosa y Fernando Laredo
Organización social o institución a la que pertenece o perteneció: Actualmente participa del Centro de Jubilados “Agua de Manantial”

P: Paulino Nuñez

E: Entrevistadores

Sinopsis: 


Paulino fue contactado a partir de dejarle un volante del proyecto en la puerta de su casa. Nos recibió muy amablemente en su casa a las 9:15 hs de una mañana fría de invierno, mientras escuchaba la radio en un ventanal del living de su casa. Llegado del Chaco a los 30 y pico de años -por ofrecimiento de su suegro- hace 42 años que vive en el barrio con su mujer y sus hijos. Su primer hogar fue una casilla hasta que logra comprar el terreno en el que actualmente vive y, favorecido por los planes del Banco Hipotecario de los años del peronismo, logró levantar su casa. Tiene pocos recuerdos de la vida social del barrio, ya que trabajaba en el Frigorífico Swiff y en el frigorífico La Tropa, insumiéndole gran parte de las horas de su vida. A pesar de ello, no se privó de participar de algunas actividades del barrio, como por ejemplo, algunos reclamos o actualmente, del Centro de Jubilados del barrio.


(Suena Radio 2. Música de fondo. Pequeña explicación de cómo es la entrevista)


E: ¿En qué- cuando llego al barrio, en qué año?

P: En el 68 vine acá. Estaba en España y. Estuve, unos meses nomás estuve ahí. Y después vino y compró mi suegro ahí. Entonces me dijo él si quería venir a vivir ahí. Agarré y me vine. Justo había jugado a la quiniela y saqué y con eso agarré y compré una casita. Vine y plante ahí. Pero me duró poquito, ni tres meses, por ahí duró la casilla ahí.

Después vino uno en una moto. Y debe ser que vino a ver algo. El terreno era de él, que estaba acá. (Hace referencia a una conversación que tuvieron) “Me vine para acá, no sé para qué miércoles me vine con esta moto”, dice. (…) “Y, la verdad que sí –me dice-. No, vine a ver el terreno ese. Lo voy a agarrar y vender”. Entonces le pregunté cuanto pedía. Y me dijo “Si tiene intención usted” me dice. “Intención tengo, pero no sé ahora, no tengo la plata todavía” (risas). Entonces me dijo, yo creo que era 40 que me dijo, (piensa unos segundos) 140 pesos era. 140 pesos de estos que ahora valen 10 pesos. Antes para ganar eso teníamos que trabajar (ríe). Entonces, me dijo “no se haga problema, yo al contado no lo voy a vender, nadie me va a pagar al contado tampoco. Pero si usted tiene interés vamos a conversarlo”. Y bueno, después vino y le digo a mi señora “el hombre que estaba ahí quiere vender el terreno de acá en la esquina”. Ya teníamos la casilla vieja ahí.

E: Esa que habían tenido en el 68’

P: Sí, pero esa casilla, no sé, si cuando soplaba un viento se iba hasta Ovidio Lagos y de allá te venía de vuelta (risas) (…). Y bueno, estos eran chicos todavía (refiere a sus hijos) (…) Y así, yo cuando vine acá no tenía nada de nada cuando vine a Rosario. Teníamos que hacer mesa con el cajón de manzanas.

E: ¿De dónde vino usted?

P: Del Chaco.

E: ¿A qué edad vino?

P: Y tenía treinta y algo. Nos dieron una silla vieja, con eso nos sentábamos y después despacito fuimos comprando algo y algo. Lo más necesario.

E: ¿Se vino con su señora o se casó acá?

P: No, yo vine primero. Allá ya me había quedado a vivir, por delante, yo. Y después la fui a buscarla.

E: Y usted vivía en calle España y …

P: España 5079 estaba. Ahí cerca de Arijón, nomás. A dos cuadras, cuadra y media. 

jueves, 18 de julio de 2013

Extracto de entrevista a María Inés Barrios. Vecina de Mangrullito.

Fecha y lugar de realización de la entrevista: Lunes 2 de julio de 2011. Casa de la entrevistada.


Entrevistada: María Inés Barrios

Entrevistadoras: Fernanda Quiroga y Carla Millán



Referencias:
I: María Inés Barrios
H: Hijo de María Inés
E: Entrevistadoras

Sinopsis:

María Inés pertenece al grupo de vecinos que llegó a la zona conocida como Mangrullito o Nuestra Señora del Rosario trasladados desde el Bajo Saladillo. Ella y su familia, según comenta, son una de las pocas que lograron adaptarse al cambio y que permanecen en el lugar hasta el día de hoy.
Salteña de nacimiento, la entrevistada llegó a la ciudad de Rosario luego de que una serie de complicaciones la llevaran a abandonar su hogar en la provincia de Buenos Aires. En esta ciudad logró asentarse en Mangrullo, gracias al apoyo y la solidaridad de los vecinos de la zona.
Hoy comparte su vivienda en "Mangrullito" con sus hijos y nietos, y se desempeña como enfermera en el Hogar Español, a pocas cuadras de su casa. Sus palabras denotan un sentimiento muy fuerte por su barrio actual: "De no haber tenido nunca nada, de haber venido con mis hijos sin nada, para mí es una bendición".

I: Bueno, yo soy María Inés Barrios, tengo cincuenta años ¿Qué más puedo decir?
E: A qué te dedicas, si querés.
I: Soy enfermera en el Hogar Español ¿Así pongo, o no? (Ríe)
E: Sí, sí, está bien ¿Y a dónde naciste?
I: Ah, nací en Salta. Güemes, provincia de Salta, en 1962.



E: Bueno, ¿vos cuándo llegaste a este barrio?
I: Yo llegué, espera (piensa unos segundos), en el 2000, cuando fueron los saqueos. Un año antes de los saqueos, que fueron en el 2002 los saqueos. En el 2001. Sí, 2001. (...) 

Yo estaba en Mangrullo.(...) Nos vinieron a censar y después como a los dos meses ya nos dijeron. Nos dieron una semana (duda). Sí, una semana. Una semana anterior nos dijeron que nos iban a traer para acá, que teníamos que desocupar ahí. Porque vino la inundación.

Yo trabajaba en el Café de la Ciudad, que ahora ya cerró, de noche, dos veces a la semana. Y cuando vine me acosté, porque salía a las siete. Vine y me acosté y sentí así, un ruido raro, viste. Y cuando me levanté ya estaba el agua en mi casa. Entonces le dije a los chicos que se queden, que se queden en la cama todos, porque eran chiquitos todos. Después vinieron las bombas para extraer el agua, pero no. Ya el pozo del baño, viste, estaba, ya no se podía. Estaba el baño, estaba todo arriba. Y ya las casitas que estaban cerca del río estaban hasta arriba del techo.Y ellos son los primeros que habían sacado, porque estaban cerca del río. 

Y bueno, después nos dieron una semana. (...) Vinieron gendarmes y nos cargaron. Mucho no podíamos cargar porque, viste, eran camiones y teníamos que venirnos todos. Entonces muchas cosas quedaron, las dejaron ahí en los ranchitos porque no se podían cargar. Yo cargué los muebles, las camas, todas esas cosas pero muchas otras cosas quedaron ahí. Y las chapas, esas cosas. Lo demás quedó todo ahí.

Y bueno, nos trajeron acá. Cuando nos trajeron no teníamos luz ni agua. Y cuando entraban acá los chicos decían "Ay mami, mirá, el baño es adentro" (risas) Porque allá no teníamos. "¡Mirá mami, el baño está adentro!" me decían (ríe).