martes, 20 de julio de 2010

Empezamos con Barrio Plata

Los mensajes en los muros, las distintas edificaciones que denotan diferentes etapas de construcciones y diferentes realidades socioeconómicas, las calles, el interior de cada una de las casas, los tapiales de la ex fábrica de armas -hoy sede de la Unidad Regional II de Policía- los espacios verdes, los pequeños comercios, los talleres, los grandes comercios sobre calle Ovidio Lagos, el Club, la Vecinal, el Crecer 29, el reciente Centro de Salud Ariel Morandi, cada vecina y vecino; grandes, jóvenes, niños, están ahí, y de seguro, tienen algo que narrar…


-Buenos días señor, ¿le puedo dejar un volante?
- Si, claro
- Estamos repartiendo estos volantes para que todos los vecinos vayan sabiendo que somos del Proyecto Historia, Identidad y Perspectiva del CMD sudoeste, y tenemos ganas de investigar y recuperar la historia del barrio. Esta experiencia la llevamos a cabo ya en Barrio Acindar, y como fue enriquecedora y positiva, ahora elegimos este barrio. Entre otras cosas, lo que más nos interesa es poder registrar las voces de la mayor cantidad de vecinos, para que nos puedan contar su experiencia, sus recuerdos, sus anécdotas, todo lo que quieran. Y puedan ustedes mismos en la medida que tengan ganas, participar recuperando historias, imágenes, objetos. ¿Qué le parece?
- Gran idea tienen. Algunos seremos gustos narradores espero.
- ¿Usted hace mucho que vive en el barrio?
- Y si. 44 años hace que estoy acá.
- ¿Podríamos venir algún día a entrevistarlo?
- Si, cuando gusten.
- Muchas gracias! Le tomo los datos entonces…


Así arrancamos el día 21 de julio en Barrio Plata.
Llevamos varios días desde entonces repartiendo un pequeño volante de casa en casa, en mano a quienes están en la puerta, o yendo a trabajar, o al quiosco, al que está atendiendo su comercio o su taller

Muchos ya se han entusiasmado y van a ser entrevistados en breve, otros, como el panadero Daniel que hace diez años reparte de a pie canasto en mano todos los días el pan por el barrio, ya nos han orientado para dar con aquellos vecinos que hace de “tiempos inmemoriales” que viven aquí …

Como nos gusta decir en estos lares, los barrios de Rosario tienen historia, ¿te animas a descubrirla junto a nosotros?


lunes, 12 de julio de 2010

Historias de puño y memoria

Organización del trabajo y materiales útiles II
Cronológicamente, parece ser que comenzaron con llevarse todo lo que estaba a la vista, chapas, ladrillos, hierro. Lentamente, fueron optimizando el trabajo, y comenzaron a escarbar la tierra y a desmantelar las estructuras. Entre ellas el primer puesto fue para el bicicletero, que era la sección donde estaban los vehículos que estaba repleto de chapas. “Yo te digo, yo viví un año de las cosas que sacábamos de acá. Eran hombres y mujeres, una fábrica aparte, sin patrón, pero lo era. No había peleas, eso me acuerdo bien. Cada cual en su lugar, venía al otro día y sabía que estaba ahí. Vos agarrabas dos metros, cuatro metros cuadrados, y vos decías, “bueno, esto es mío” y lo cavabas vos mañana y pasado, y encontrabas cosas abajo. Hierro enterrado, hasta que ya, al hacerse mucho sacrificio escarbar para abajo, comenzamos con la parte de arriba. Estaba el galpón grande de la acería que eso nos costo como dos semanas tirarlo abajo. Fue impresionante cuando cayó. ¡La altitud que tenía! Tenía como 20 mts de alto. Un galpón inmenso, tenía como 70 mts de largo. Y a eso se le fue comiendo las columnas, fue un trabajo terrible. Y todos decían “se van a matar, se van a matar” y no, no murió nadie en ese momento, cayó toda la estructura. Sacamos ladrillos, yo me acuerdo me hice la casa, que después la vendí, pero me hice la casa con todos ladrillos de acá. Me hice dos piezas, comedor, todo. (…) Había piletones de cal, de arena, quedó todo así abandonado. Se llevaron la maquinaria movible y el resto quedó todo".

lunes, 5 de julio de 2010

Historias de puño y memoria


Hace ya dos años y medio que el equipo de investigación de Historia, Identidad y Perspectiva, venimos trabajando y juntando las voces de los vecinos del Gran Barrio Acindar. A la espera de la publicación del libro, aún, siguen apareciendo vecinos que tienen algo que contar acerca de su estadía, pasada o actual, en este barrio. Julián Acosta no fue la excepción. Luego de haber visto los afiches que anticipan el libro, se acercó al equipo de investigación contando que el hacía mucho que vivía en Acindar y que había participado de la caída de la estructura de la antigua fábrica.

Estructura sin dueños, espacio tomado
Era 1988, y Acindar había cerrado sus puertas definitivamente seis años atrás. Las chimeneas ya no expelían humo, el murmullo típico de la época fabril se había transformado en un silencio ensordecedor, y el gigantesco predio que ocupaba la estructura de la antigua acería permanecía intacto, nadie lo reclamaba, ni Acindar, ni los Acevedo, ni el Estado. Nadie de nadie. El tránsito hasta la escuela Escudero, emblema del barrio, se transformaba en algo tenebroso y en el imaginario existía una extraña sensación de inseguridad frente a tanto terreno sin movimiento. Pero algunos vecinos nuevos -que comenzaron a llegar a finales de los 70 e instalarse sobre las vías del ex ferrocarril mitre, espacio contiguo a este terreno abandonado- encontraron allí una posibilidad de satisfacer algunas necesidades apremiantes que tenían.

Julián fue uno de estos tantos vecinos.